El tinto es el combustible que mueve la ciudad
En Colombia y en Tunja al café caliente, negro y cargado se le conoce como «tinto» y no es una casualidad que Tunja tenga sabor a tinto. Esta popular bebida que fue relacionada con la ciudad por habitantes de todas las edades y de ambos géneros, es considerada por los ciudadanos como el sabor que identifica su contexto urbano; según esto, Tunja sabe a tinto. Es por esta razón, que la usual sensación térmica de frío en la ciudad y las conocidas propiedades energéticas y térmicas de la bebida han constituido al tinto como el sabor que impregna cafeterías, oficinas, salas de espera, hogares y calles. Porque más allá de ser adicción o afición, el tinto es una costumbre que traspasa las generaciones, tomarse un buen café en Tunja es casi un rito, es el acto de reunirse, es la pausa activa en el trabajo, las onces o el brake, en Tunja el tinto es ideal a cualquier hora, eso sí en compañía, porque la taza de café invita a la reunión en torno a ella, propicia la charla, el cotilleo y la tertulia, tomando tinto se discuten chismes y asuntos serios, se discierne sobre las noticias y nacen las mejores ideas.
El tinto no es exclusivo de un sector de la ciudad, su provocativo aroma se extiende a lo largo de la trama urbana que a través de las abundantes cafeterías permite encontrar un tinto en cualquier parte de Tunja, sin embargo, en los croquis los ciudadanos identificaron a la Plaza de Bolívar y al Pasaje Vargas, como los sitios con mayor relación con este sabor. La Plaza, como principal nodo de Tunja, sitio de encuentro y referencia y lugar que concentra al sector gubernamental y administrativo de la capital, está enmarcada por cafeterías, grandes, pequeñas, antiguas y nuevas, para todos los gustos y siempre llenas; estos establecimientos son los más frecuentes del contorno de la Plaza, se concentran en el costado opuesto a la catedral y se extienden a lo largo del Pasaje de Vargas, lugar con aromas de café y cigarrillo en donde se ubican algunas de las cafeterías más antiguas de la ciudad, y en donde durante todo el día se sirven tintos. El Pasaje, es un sito tradicionalmente conocido por ser un punto de encuentro y lugar de reuniones informales, es frecuentado por visitantes en cuyas rutinas está implícito el paso por el Pasaje de Vargas para disfrutar de la charla que implica beber un tinto en Tunja, porque ya sea clarito, perico (con leche), cargado, sin azúcar o endulzado con panela, esta bebida siempre implica el acto de conversar.
La relación del tinto con la ciudad de Tunja, alcanzó posiblemente su máxima popularidad en octubre del 2013, cuando no fue nada difícil alcanzar el récord que se propuso la Gobernación de Boyacá de posicionar a Tunja como la ciudad en la que se reunió la mayor cantidad de personas tomando café en un mismo escenario: La Plaza de Bolívar. Aquel viernes de octubre, el frío y la insinuación de lluvia sobre la ciudad fueron la disculpa perfecta para la asistencia masiva de 13.567 tunjanos que con trajes típicos y música festejaron la existencia de la preciada bebida. Dicha hazaña, permitió escribir el nombre de Tunja en la historia de los Récord Guinness, un reconocimiento mundial que antes ostentaba una ciudad Alemana y que posicionó a Boyacá no solo como consumidor de café sino como departamento productor de una excelente variedad de grano. Tunja es una ciudad que sabe a tinto, que tiene aroma a café caliente recién servido; en el imaginario del sabor de los habitantes de la ciudad, esta bebida, es el arma para combatir el frío, es la fuente de energía, el lazo que une amistades y el combustible que mueve a la ciudad.
Texto tomado de: Rodríguez, C. M. (2016). Sabores de la ciudad imaginada, Tunja. Universidad de Boyacá.
- Obras realizadas por artistas Tunjanos cuando se les preguntó ¿A qué sabe Tunja?. Tomadas de: Rodríguez, 2017. Sabores Urbanos 2, Tunja. Universidad de Boyacá ↩︎