Un grupo de amigas conversan sentadas en el mirador del puerto. Frente a ellas, como una suerte de interlocutor visual, aparece el guinche. Una grúa de origen italiano con más años fuera de servicio que en actividad respecto a sus funciones básicas. Pero con una importante participación dentro de las prácticas y representaciones sociales relacionadas con esta zona de la ciudad.
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Atletas en las calles, festejos
patronales alegran sus
eneros de fiesta
interminable. Primaveras
pintadas de estudiantes
felices, otoños madrugados
con lanchas pescadoras, y
siestitas de invierno, con
autos alineados mirando los
galpones, han hecho su
destino quizás más
placentero.
Fragmento de El guinche del puerto (2019), poema escrito por Liliana Pascualini.