Después del robo de los Juegos Nacionales en 2015, un hecho de corrupción que involucró a diferentes funcionarios públicos de Ibagué y tuvo resonancia en todo el país, los imaginarios sobre este escenario deportivo se tornaron negativos y dejaron una marca imborrable en la ciudad, sobre todo en los deportistas que se quedaron sin su lugar de práctica. Hoy, el Parque se encuentra en reconstrucción y los imaginarios empiezan a transformarse.