(Archivos artísticos)
Generalmente escribo sobre la sorpresa que me causa visitar lugares que no conocía, sobre la primera impresión y la experiencia del descubrimiento. Pero casi nunca escribo sobre el otro lado de la moneda, sobre los lugares que se volvieron rutinas, los recorridos que hago de afán y los espacios que transito por pura necesidad. El día a día hace que las ciudades se vuelvan grises, caminamos mirando el reloj, corremos para alcanzar a llegar, nos ponemos audífonos, nos consumimos en la pantalla del celular y vamos de un lado a otro como si nada pasara en el medio, como si la ciudad nos fuera ajena. Esta semana recibí un mensaje que me hizo pensar en eso. Una amiga me envió una foto de las obras de remodelación que se están llevando a cabo en la Plaza de Bolívar de Tunja y decía: “Mira esto, Christo en su máximo explendor”.
La comparación graciosa entre la obra del artista de las instalaciones y la imagen de la Plaza cubierta por la malla de polisombra azul, fue el click mental que necesitaba para notar que he pasado muchas veces por el lugar y solamente he pensado en la incomodidad de la obra, en el ruido y en el polvo. He estado pasando todo el año por la plaza pero sin mirarla, me he perdido de los colores efímeros que la han cubierto durante estos meses.
Ese día regresé para descubrir que evidentemente ya no era el mismo lugar, por ahora, es una plaza teñida de color turquesa, que ha dejado de ser un espacio abierto y se recorre por caminos hechos con la malla de polisombra, esa misma que dibuja la silueta de los monumentos y que resalta en un contraste que pareciera premeditado, especialmente cuando de fondo se ve la piedra marrón, terracota y ocre de la fachada de la catedral.
Quizá no es tan difícil encontrar belleza en medio del caos, pero hace falta tener más conciencia de los sentidos, ¿cuántas cosas nos perdemos en la rutina?, se nos van los días en el recorrido de la casa al trabajo y ni siquiera nos detenemos a observarlo. Entonces, no es necesario tener ojos de turista para maravillarse por algo, no hace falta ir hasta el Hyde Park de Londres para ver una instalación de Christo… por estos días, pareciera que Tunja es la sede de su última obra.
Texto escrito por Carlos Mario Rodríguez, originalmente para el portal de noticias Kien y Ke, disponible en: https://www.kienyke.com/kien-bloguea/la-plaza-turquesa-de-tunja
